“Agua que brilla”. Ese es el significado que tiene Iberá en guaraní, y los esteros son un fiel reflejo de este concepto. Ubicado en el centro de la provincia de Corrientes, este paradisíaco lugar es la representación perfecta de la palabra naturaleza. Tanto su flora como su fauna son una conjunción ideal que se pone a disposición de los visitantes para que el descanso se convierta en una experiencia única.
Basado en los preceptos del ecoturismo, los Esteros del Iberá, de la mano de la Ruta Natural, se posicionan como uno de los destinos más importantes de la provincia. Es que este humedal de más de 12 mil kilómetros, el más extenso de la Argentina, cuenta con una Reserva Natural que reúne desde yacarés y carpinchos hasta ciervos de los pantanos, lobitos de río, monos carayás y el, ahora infaltable, aguará guazú.
Entre sus múltiples lagunas, esteros, bañados y espejos de agua, estas maravillosas especies hacen gala de toda su belleza para dejar atónito a cada uno de los visitantes, ya que se trata de un espacio donde la resiliencia animal, tras años de caza e incendios forestales, dijo presente. Un ámbito que, a fin de cuentas, impulsó la conciencia y se convirtió en una invitación hacia el turismo sustentable.
Ya sea desde el agua con excursiones en bote como en la tierra con paseos a caballo, se puede descubrir el Parque Nacional Iberá, con una superficie de 1.300.000 hectáreas, es todo su esplendor. Es que esta reserva de agua dulce, y el área protegida más extensa de la Argentina, es el epicentro que da vida a unas 85 especies de mamíferos, 35 de reptiles y 45 de anfibios.
Un párrafo aparte se merecen las más de 360 especies de pájaros que habitan este humedal, el segundo más extenso del planeta, de las cuales el 90% son nativas o autóctonas de la región. Es por eso que una de las actividades turísticas ideales al visitar este maravilloso espacio natural es el avistamiento de aves.
Pese a que en la actualidad se trata de una región rebosante de vida, con cientos de especies, hasta 1983 la caza estaba permitida. Sin embargo, fue ese año cuando fueron declarados Reserva Natural y el momento en que la naturaleza volvió a reclamar cada uno de los espacios, con los animales como principales residentes. Esta situación permitió un nuevo concepto para la visita humana: el ecoturismo
Hoy, esta maravillosa tierra forma parte de la Ruta Natural de la Argentina, un camino que propone descubrir al país de la mano de la naturaleza. Es que los Esteros del Iberá, protegidos por el Parque Nacional Iberá y el Parque Provincial Iberá (denominados en conjunto como el gran Parque Iberá) son una joya del centro norte de Corrientes.
Para poder acceder a esta impactante reserva existen una serie de pueblos y localidades que son la puerta de entrada a los esteros. Cada uno brinda su propia propuesta de actividades, experiencias y recorridos que, incluso, pueden convertirse en un destino en si mismo. Es que el humedal brinda un abanico de posibilidades para quien desee conocerlo.
En ese sentido, Puerto Valle Hotel de Esteros, ubicado en el ingreso norte del Parque Nacional Iberá, es un punto de partida de lujo para abrir los ojos a las maravillas de la naturaleza, ya que cuenta con una ubicación privilegiada y es la única que se encuentra a tan solo dos horas de Buenos Aires. Además, apenas 40 minutos lo separan del aeropuerto de Posadas, conectado mediante una ruta asfaltada.
Se trata del único lodge de lujo en la región. Emplazado en una auténtica estancia argentina de 1868 y sobre la costa del Río Paraná, cuenta con acceso privado a Laguna Valle y una entrada directa al Portal Cambyretá, lugar elegido para la reintroducción del Guacamayo Rojo a los Esteros, convirtiéndose en un espacio ideal para los amantes de la ornitología.
Con 13 exclusivas habitaciones con vista al Río Paraná, el lodge es el resultado de una exquisita combinación de arquitectura, confort y cuidados detalles, ya que incluso cuenta con más de 14 hectáreas de parque, diseñado por el prestigioso estudio paisajista Carlos Thays. Lo cierto es que esta exclusiva casona cuenta con 4 habitaciones decoradas con paredes de adobe, techos altos y amplios espacios que albergan una cama King Size y un pequeño living donde que permite incorporar una cama en el Casco.
En tanto, también en el edificio principal se encuentra la denominada Casco Family Room, ideal para una familia. Dispuesta sobre dos pisos, este exclusivo alojamiento cuenta en la planta baja con una habitación matrimonial con cama King Size, un pequeño living y un amplio baño, mientras que en el primer piso se despliega un amplio living donde se pueden acondicionar dos camas y una una cuna. Por último, los denominados Deluxe son 8 habitaciones nuevas, de arquitectura moderna y amplios ventanales con exclusiva vista al Río Paraná.
Como si algo faltara, el broche de oro es la propuesta culinaria del Chef Ejecutivo Guido Tassi, que se centra en la simplicidad y el carácter local, realzando los ingredientes típicos de la región del Litoral, como peces de río, frutas tropicales y cítricos. Mediante técnicas contemporáneas, la oferta gastronómica es un deleite de aromas y sabores que se complementan perfectamente con una selecta carta de vinos argentinos.
Además, la estancia cuenta con una huerta orgánica que proporciona una variedad de productos locales fundamentales para cada plato. Incluso, los desayunos y las meriendas son momentos especiales donde la pastelería casera, en comunión con delicias locales, se ubica en el centro de la escena culinaria. Más allá de estos aspectos, infaltable argentinos también dice presente, ya que el emblemático asado correntino, preparado con vegetales y hortalizas frescas, es un imperdible.
Este tesoro natural de inigualable belleza ofrece a los visitantes una experiencia inolvidable gracias a un ecosistema vibrante y diverso. Un ambiente paradisíaco que se puede explorar de la mano de guías locales expertos, ya sea para aventurarse en este santuario natural como para descubrir los secretos de su mundo acuático, ya que se deben seguir las normas establecidas para proteger la flora y fauna del lugar.
Bajo la superficie de sus más de 60 lagunas, dorados, sábalos y pirañas viven en una mágica comunión. Es que este ecosistema, protegido y venerado, es un testimonio de la rica vida que caracteriza a los humedales correntinos.
El clima de los Esteros del Iberá añade otra capa de singularidad a la región. Pese a encontrarse en una zona subtropical se inclina hacia lo tropical, influenciado por la alta humedad que atrapa el calor solar. Las precipitaciones anuales, que rondan los 1700 mm, nutren una vegetación acuática exuberante, dominada por especies como el camalote y la amapola de agua, creando un paisaje que es tanto desafiante como cautivador para los exploradores.
Sin dudas, el turismo rural en sus formatos de ecoturismo y turismo activo, le han dado a los Esteros del Iberá una fisonomía única de la mano de un ecosistema que crece tanto en especies animales como vegetales. Es por eso que las excursiones guiadas por expertos de la zona son una actividad imperdible. Un ejemplo ello son las 11 que impulsan desde el Puerto Valle Hotel de los Esteros. Aquí un repaso:
Fuente: Infobae
Link a nota: https://www.infobae.com/tendencias/2024/01/02/naturaleza-gastronomia-y-descanso-las-claves-del-ecoturismo-en-los-esteros-del-ibera/